31 octubre 2005

OSCURIDAD...

Para celebrar el días de difuntos, he recuperado un antiguo relato escrito el año pasado por petición de Jgts para su webcindario. Algunos ya la habéis leido, pero hoy al leerla me ha gustado lo mismo que cuando la escribí, así que ahí la dejo. ¡¡qué la disfrutéis!!

Caminaba a tientas, golpeando las paredes que lo rodeaban. Sonidos a veces huecos y a veces sordos le llegaba a través de ellas. Llevaba horas deambulando sin rumbo, sin encontrar una salida en aquel laberinto de pasillos de algún lugar. Seguía sin comprender como había llegado hasta allí, quién lo había llevado y porqué. Sólo sabía, sentía, que tenía los ojos abiertos. Notaba las pestañas moverse, los párpados bajar y subir, pero su visión era la nada. No una nada blanca, o una visión translúcida como cuando lloraba o borrosa como cuando se quitaba las gafas cansado de mirar a un punto concreto. Era oscuridad, una negrura absoluta. Cuando sintió que despertaba, que sus ojos no estaban cerrados, que era consciente de estar allí tumbado; fuera donde fuera colocó una mano delante de él, pero no vio nada. Se palpó la cara con esa mano inexistente para él y comprobó que todos sus sentidos estaban allí. Oía, respiraba, abría la boca y tocaba lo que lo rodeaba; sólo que no veía. Se levantó y alargó la mano tanteando, buscando algo que lo situara. Era una pequeña habitación, sin ventanas; con una cama, una mesa y una puerta. Carecía de toda decoración, de todo objeto personal. No era su casa. Juan no sabía donde se hallaba. Su mano ciega como él abrió la puerta. En un acto reflejo se protegió los ojos por si una claridad exterior lo golpeaba. Pero no sintió nada. Ni luz, ni sonido, ni olor alguno.
Avanzó un paso, cauteloso y encontró suelo firme bajo el. No flotaba, todo estaba bien, o eso creía. Tenía una pared en la que apoyarse, un piso que lo sujetaba y unas manos que lo guiarían allí donde alguien le dijera dónde estaba. Los dedos de su mano recorrían una pared lisa y fría, mientras la otra iba un paso por delante para frenar cualquier imprevisto que a él su vista le negaba. Los pies casi se mantenían juntos, avanzaban a pasitos cortos, con miedo a despegarse el uno del otro. Se había dado cuenta, ya que no los veía, que estaban descalzos. No encontró zapato alguno que ponerse. Así que los protegía con pasos prudentes. Su mano medía la pared, era su único punto de referencia y se aferraba a él pegando la palma, arrastrándola casi, hasta que de repente encontró un vacío inesperado. Trastabilló desconcertado pero no cayó. La angustia del momento pasó al darse cuenta que sólo había llegado a una esquina.
La pared torcía hacia su derecha, con su mano izquierda no alcanzaba a distinguir si el pasillo continuaba en la otra dirección o si también se abría al frente. Decidió que lo guiara su mano lazarillo y emprendió ruta hacia donde ella le indicara. Así había sido durante largo tiempo. Ahora estaba cansado, con la impresión de no llegar a ningún sitio concreto y esa sensación de haber dado palos de ciego durante horas y horas. Juan se rió del sarcasmo de su propio pensamiento y la voz reboto por el pasillo, en el que se había parado exhausto, alejándose hacia el frente donde parecían existir unas tinieblas continuas, para volver a golpearle al cabo de un rato por detrás. Aquello parecía un círculo cerrado y él un conejillo de laboratorio con el que experimentaban. La vuelta a lo que el supuso era la habitación de donde salió le confirmó ese hecho y el círculo era enorme si calculaba lo que había tardado en girarlo completo. En aquella pared no había más que esa puerta y un muro frío que le había dejado la mano helada. Era hora de que su mano izquierda e invisible le guiara por otro camino. Tenía un temor incierto a despojarse de la pared que ya parecía parte de él, de perderse en la ambigüedad del hermetismo de su mirada cegada. Como un sonámbulo antepuso sus brazos, exponiéndolos a peligros impalpables. Los agitó a la vez, como para asustar a lo que allí hubiera. Los dedos golpearon antes que la palma con otro muro igual de glacial. Ahora era el tiempo de su mano izquierda.
Ella guiaba como lo había hecho la derecha. Midiendo el espacio, calculando el tiempo, serena pero alerta. Fue ella al cabo de un tiempo impreciso quien encontró una falla en la pared, un tabique, una madera suave y cálida. Fue su cerebro, debilitado de la tensión acumulada durante tantos minutos intentando encontrar un solo resquicio de luminosidad que mandar a los ojos, quien gritó ¡¡una puerta, una salida, alguien!! Pero la estancia estaba vacía. Sólo eran cuatro muros desconchados. Salió de nuevo al pasillo dejando la puerta abierta como reseña de su visita fantasma y siguió avanzando, siempre detrás de su mano. Más allá giró de nuevo y una corriente fría lo envolvió. Tembló. Y fue consciente en aquel momento que estaba desnudo. En su preocupación por no ver, por encontrar una salida, por no perder el tacto que sus manos le ofrecían; no se había percatado del detalle de no llevar ropa. El pudor llevó el rubor a sus mejillas. Aquello era irónico. Se encontraba no sabía donde, e iba hacia no sabía qué, ciego, descalzo y desnudo. Volvió a reír y esta vez el eco no le devolvió la carcajada. Juan vio una posibilidad y también vislumbró un problema. O aquel pasillo nuevo era tan largo como para no devolverle la voz o terminaba en algún punto inconcreto. Se armó del poco valor que le quedaba; se había ido evaporando a cada paso de sus pies desollados, y emprendió el camino de nuevo. Aquella actual pared era más rugosa y al tacto parecía más candente, a veces le dio la impresión de que latía bajo sus dedos.
Encontró más puertas, pero su interior estaba tan vacío como lo estaban sus ojos. Nada le indicaba que allí existiera nadie a parte de él. Cada cien pasos gritaba ¡¡hola!! Y la respuesta seguía siendo muda. Empezaba a desesperarse y abatirse. Notaba los pies calientes y pringosos. La mano llena de ampollas a medida que caminaba apoyado en ella, la pared se había vuelto más ardiente. Cuando el calor sobre su palma se hacía insoportable la separaba; sólo un instante, se sentía desprotegido y vulnerable sin su tacto. Se sentía agotado, sudoroso, sediento. Había perdido la noción del tiempo. Nada podía indicarle si era mañana, tarde o noche. No había escuchado un sólo sonido durante todo ese tiempo. Sólo el roce de sus pies sobre el suelo, su mano sobre la pared y su propia respiración le acompañaban. Su corazón, seguía bombeando lentamente, a veces subía hasta sus sienes como para despertarlo de la fatiga que le producía la desorientación y la ceguera que fulminaban su ánimo. Otras recurría a juegos más perversos latiendo en sus pies despellejados y su mano quemada. El futuro se le hizo tan incierto como sombría seguía siendo su mirada. El eterno pasillo giraba y giraba una y otra vez, Juan ya caminaba como un autómata, había dejado de ser consciente de su propio cuerpo, de sus propias necesidades, de su propia alma.
La eternidad se le hizo opaca y su recuerdo sólo fue un reguero de sangre que dejaron sus pies mutilados sobre un suelo abandonado; en algún lugar, en alguna parte.

Compite para ser el mejor monstruo...

SI QUIERES DIVERTIRTE UN RATO EN HALLOWEEN PINCHA AQUI

No ha sido un domingo más...

Como dice la canción y el anuncio, una calabaza no es para siempre, jajajaa.
Así que mañana mi cielo volverá a ser estrellado y en el volverán a brillar las estrellas, hoy dos más. Una ya brillaba por si misma, la otra me sorprendió gratamente. Hablo por supuesto de Mirador y de ese chico de nick impronunciable Nortestharj. Ahhh si pensabais que no hablaría de vosotros os habéis equivocado, jejje. Cierto que mi timidez, muchas veces me impide hacer cosas; como acudir a una cita con gente que casi no conozco. Pero sé que este encuentro iba a ser estupendo, además tenía ganas de que ocurriera y eso que para variar llegué tarde. Según me acercaba al sito, ¡¡oye!! que creía que me iban a temblar las piernas y empezaría a transpirar, pero nada más entrar vi a Mirador, que se sentaba frente a la puerta, fue sonreírme y se me olvidó ese miedo escénico que tenía en el cuerpo. Qué rato más agradable, seguramente seguiríamos allí charlando si Mirador no se hubiera tenido que ir, charlando más que nada él y yo, porque al pobre Nortestharj casi no le dejamos meter baza. Nos miraba con sus bonitos ojos (sí, sí son muy bonitos), asentía y de vez en cuando comentaba tranquilamente; como todo él. Pasábamos de un tema a otro, de una anécdota a otra, de unos planes a otros.
Que pena que Isma y Manu que tenían cosas que hacer no pudieran venir y por supuesto nos faltó nuestro Tuno querido; lo malo no es que nosotros vivamos aquí, lo malo es que tú vivas tan lejos, claro que a veces la distancia entre carreteras no es tanta como parece. Las redes nos mantienen unidos Tuno y sabes que nos tienes ahí para cuando nos necesites. La próxima hay que repetirla y que estés con nosotros.
Así que desde aquí voy a dar las gracias a Mirador, por darme la oportunidad de conocerle en persona y ver que es un tío excepcional, que se va quitando sus miedos, que se puede hablar con él de todo, que tiene un sonrisa franca y siempre una buena palabra para el ánimo. Él sabe de mis semanas pasadas y de una cita inexistente; al menos para mí, sabe que lo pase mal, sabe de mis lágrimas y sabe de mi rabia. Sabe que he cerrado una puerta para siempre y que ahora he abierto otra. Gracias a Nortestharj también, por estar, por escuchar pacientemente y no importarle que estuviera yo.
Ha sido estupendo conoceros en persona.
Un beso y una flor para los dos.


P.D. Espero al menos yo haberos caído igual de bien que vosotros a mi :)

28 octubre 2005

Qué infancia!!!!...

Pues encontré la foto (bueno, me la enseñó un amigo de una web con un montón de cosas antiguas) y me acordé de algunos...

Asi que ahí queda puesta para todos los que no los probaron nunca y para todos aquellos que escuchan LA CASA AZUL

25 octubre 2005

Manias...

A veces las conversaciones más distendidas se producen por las cosas más tontas o por los objetos más cotidianos ¿Qué opción eliges tú la A o la B?

DÉJAME OLVIDAR UN PASADO IMPERFECTO
PARA CONSTRUIRME UN FUTURO PERFECTO

Apetición casi popular, cambio la frase anteriormente puesta: "Quiero que me busques un pasado perfecto".
La verdad es que los tiros no iban por ningún lado en concreto, se me ocurrió la frase, me gustó y la puse, por eso de no olvidar.
No creo que quiera cambiar nada de mi pasado, forma parte de mi y de mi existencia, en él están contenidos muchos momentos buenos, muchos malos, algunos horribles, hay gente maravillosa y gente a la que les podría desear lo peor. Hay detalles nimios pero que para mi son enormes, intensos e inolvidables.
No quiero renunciar a mi pasado porque es mio, no puedo dejar de mirar hacia atrás porque sin ese pasado, yo no tendría ni un presente, ni un futuro.

24 octubre 2005

Buenos dias!!!!

Me encanta ver los amaneceres desde la ventana del salón, mañana volveré a enfrentarme a un nuevo día y me enfrentaré feliz, porque me siento bien después de tantos días de bajón, porque voy a seguir la máxima de Miguel estos días y de L'oreal "porque yo lo valgo" y así espero mantenerme de momento.

Hoy hablé con J y la verdad es que me hizo bien hablar con él. Sé que no me va a leer, pero GRACIAS por estar ahí y por habernos dado la oportunidad de charlar y de compartir. Ya vemos las cosas casi del mismo color y a los "otros" que les den, somos mucho mejores y valemos mucho más.

También he de agradecer esta alegría al chocolate con leche con trocitos de caramelo :)
Creo que necesitaba chocolate, desde hace días tan escaso en mis ganas y la foto se la dedico a Jgts que menudo atracón se he pegado.

Mañana más y mejor. Besos, besos y besos, que me siento generosa y los regalo. Ya se sabe que el beso en españa se da si se quiere y lalalalalalala....pero un beso de amor no se lo doy a cualquiera, lalalalala, ese es sólo para TI.
Tuno!!!! BESOS grandes para ti, ya sabes donde tienen una "nueva" amiga, no te vuelvas a decaer ehhhhh. ¿Cuando pase por allí nos veremos? dime que si... anda...y quemamos la ciudad si no llueve.
Hala, me voy a dormir ya.

19 octubre 2005

Tras toda tormenta llega la calma....

Tras una semana en la que ha habido más lágrimas que risas y más nubes que sol, creo que me siento mejor, al menos dispuesta a afrontar lo que me encuentre por el camino e intentar sortearlo como bien pueda. Si, he de reconocer que ha sido una mala semana, de las peores, demasiado para querer recordarla, aunque quede aquí expuesta, como una piedra más, como un nuevo muro levantado ante todo aquello que me hace daño y seguirá haciéndomelo, es inevitable. Sólo tengo una manera de explicarlo, así que dejó que la mente vuele y que saque de cada dolor y de cada lágrima la canción que tienen y el murmullo que nos ofrecen.

Ha amenazado lluvia durante mucho tiempo, pero el agua no termina de caer y creo que es eso lo que me tiene como ansiosa, mirando con los ojos entrecerrados las nubes, preguntándoles en silencio qué las pasa que no descargan. Pero están mudas, sólo se hinchan y se revuelven unas contra otras soltando de vez en cuando un bufido que retumba por toda la ciudad. Voy contando tras el grito, sabiendo que en cualquier momento una nube llorará por la bofetada recibida. Pero no pasa nada. Necesito que llueva, tanto como lo necesita el campo, porque estos días grises me están mustiando. Necesito la alegría de las gotas en la cara, necesito limpiarme de tanto letargo, de tantas ideas que acuden a mi mente. Y cuando por fin las nubes nos capaces de dejar sus rencillas atrás, sus gritos y esos golpes que echan chispas es cuando lloran, porque saben que tras esa discusión no se volverán a encontrar, que no habrá reconciliación posible que tras haber compartido el cielo se desharán hasta desaparecer. Ha coincidido el chaparrón con un ligero dolor en el bajo vientre que se agudiza según cae la lluvia. Son las hormonas que se ha disparado y seguramente sea el peor momento, porque ya no me dejan disfrutar de ir con la cabeza alta por la calle, ni puedo recibir el agua y me tengo que conformar con ver las gotas mojar mis zapatos y escaparse libres y atropelladas en los cristales del autobús. No siento que el agua me limpie todo lo que necesito que sea limpiado en mi cabeza, sólo tengo la sensación de mojarme, de volverme a humedecer por dentro, de pudrirme por no haberme secado. Me canso del autobús y bajo la calle andando, mojándome otra vez; con cada gota una huella queda impregnada en la solapa de mi chaqueta, huele a humedad, esa tan anhelada, tan necesaria y el suelo absorbe la inclemencia del tiempo tan rápido como lo hace mi corazón, sólo que éste se inunda y el pavimento se seca.

He recibido un mensaje que ha congelado el agua anidada en mi interior, ha estallado porque ella es más de lo que mi espíritu alberga y ha partido en mil pedazos mi interior. Se han derrumbado los muros ocultos entre la piel y los huesos, entre al alma y la carne. Mi cuerpo deja de ser mío, para ser atravesado por palabras, por sus palabras, por sus confesiones al viento en vez de ser recogidas y susurradas a mi oído. Como siempre tiene razón en casi todo. Como siempre parece que reside en mi mente, sabiendo todo lo que me duele. He dejado que mis pupilas derrochen el mismo agua que el campo está necesitando y durante lo que fueron los momentos más dolorosos de una existencia separados, el universo no fue más que oscuridad y duelo. Me cuesta abrir los ojos; que tras hincharse es como si no me pertenecieran. Nada es esos momentos es mío. Nada soy. Nada tengo que no sean voces resonando en mi cabeza, danzando escritas ante mi mirada desenfocada. En nada puedo pensar que no seas tú. Y a nadie más quisiera confesar mis cuitas. Pero no estás. No estarás y aunque resuelvo ir a buscarte; presentarme ante tu mirada para que no puedas rechazarme, el miedo a mirarme en tus ojos me da más pavor que verme reflejada en tus palabras. Tanto como te da a ti descubrirte en las mías. Palabras que son fiel reflejo de lo que quisiera que existiera y que sólo comparto con fantasmas de mi imaginación. En ellas te veo, en ellas te reflejo, porque no existe otro que nos seas tú, porque me empeño en fabricar historias que nunca tendremos. Porque para nosotros no existe un futuro, sólo hay un pasado y un presente en el que no coincidimos. Porque a veces la palabra IMPOSIBLE se vuelve real, contigo se hace real, dejando de ser una quimera.¿Cómo ser completa si no te tengo, si te llevaste de mi la vida, la ilusión y la fantasía?

Y tras horas de un dolor que sólo puede ser terrenal el sueño venció al tormento, aderezado de lluvia y de estrellas. Quisiera en esos momentos en que el alma deja de pertenecerme, que volara lejos, que se alejara para siempre con todo lo que ese alma lleve en su propia alma; pero sé que tras las primeras luces del alba volverá a meterse dentro de mi cuerpo, necesitando una razón para vivir, una sonrisa que anticipar, una mente que equilibrar. Vuelve a tocarme y los sentimientos siguen siendo los mismos que cuando la noche se cerró en torno a mis sábanas. Releo las palabras una y otra vez, queriendo con cada suspiro librarme de ataduras, olvidarme de sentimientos, cerrar puertas para abrir ventanas por las cuales precipitarme. Pero no lo consigo. Porque realmente no quiero, nunca, que dejes de pertenecerme, aunque sea en forma de dolor, en forma de lágrima, en forma de deseo contenido; que sólo escapa en noches de ausencias, que son todas las que tengo y tendré.

Esperaba salir de mi encierro, reunirme con gente que conocer y anhelaba la respuesta que me diría que sí se contaba conmigo. Ese fue el segundo golpe de la semana, esa fue la causa de un nuevo muro ante personas que consideraba que andaba mi mismo camino; pero mis pasos fueron rechazados junto a los suyos, por una causa que desconozco y me tenía hecha un lío. La noche se volvió a nublar bajo una cortina de agua, bajo los ojos rojos, ardientes de dolor, de desafío. La mente se sentía dilapidada, el corazón dañado, la sonrisa rechazada y los amigos perdidos. Qué su tiempo sea de ellos… yo me quedo con el mío. No desperdicio palabras ante desagradecidos, no quiero más agravios que no van conmigo, no quiero perdones sin razones, ni justificaciones necias, no quiero ironías, ni sacrificios, ni cinismos. No quiero conocidos, quizá antes amigos, que no sea atrevan a pasar tiempo conmigo, a mirarme directamente a los ojos y darme respuestas sin verse vencidos.

La tercera piedra del camino de una semana tan larga, me la guardo, por ser más preocupación que amores y amigos perdidos.

Despertar la nueva semana, permitir que la rutina entre de nuevo en el juego del olvido, es lo que ha sacado a flote a esta alma errante, que quiso ahogarse en la bañera, que tentó al infinito abierto bajo un balcón alzado en el vacío, que vio en la estela de una estrella fugaz un nuevo guiño, un nuevo brillo y un amanecer que llenó el corazón de calor dejando fuera al frío.

Dibujos de teléfono 3...



A las cosas pequeñas es a las que yo les doy más importancia y este dibujo de teléfono de Tuno, para mi es una de esas pequeñas-grandes-cosas-importantes.
Por estar hecho para mi, pensando en mi y por arrancarme una sonrisa en días pasados tan malos.
Aqui queda expuesta para la posteridad.
GRACIAS TUNITO!!!! por el detalle, por la sonrisa, por estar ahí.

18 octubre 2005

NADIE COMO TÚ...

Quise escribirte, quise confesar mi amor, decirte las mismas palabras y golpear de nuevo los mismos muros. Quiero conservar mi pena de no tenerte ahora; de no poder tenerte nunca. Quiero dejar las lágrimas que tus palabras provocaron, las lágrimas que me incitas a derramar, lágrimas que sólo son tuyas conservadas en frasquitos de cristal. Quise odiarte otra vez, como antaño; alejarte y desgarrarme por dentro de dolor, de pena y me alegré de no poder. Quiero amarte y seguir AMÁNDOTE ETERNAMENTE.

Para War. a quién QUERRÉ SIEMPRE, por ser parte de mi, parte de mi razón y parte de mi locura.
la canción me quitó las palabras que quisera decirte

11 octubre 2005

10 octubre 2005

El mundo alrededor...


Powered by Castpost

Ni las garras del frío, ni el sabor del olvido,
ni el licor, de otros labios vacíos
adictos a mi amor.
Ni las flores del fango, ni la lluvia en el barro,
ni el sabor de este vino picado,
ni los lutos, ni el rencor.
Te escribo esta canción robada
al aire de la madrugada,
que se ha quedado en nuestra cama,
dejando al tiempo en la ventana.
Y hoy no me importa mundo alrededor,
ni ese tren que me espera en la estación,
ni las calles desnudas sin tu amor,
ni el otoño dormido en tu balcón.
No me importa el mundo alrededor,
ni el invierno que enfría el corazón,
ni esa foto que cuelga en tu salón, de ese hombre que no,
que no soy yo.
Ni las esquinas del viento
ni los portales del cielo ni el temor,
a sentirme indefenso,
cuando sin tu boca estoy.
Te escribo esta canción serena,
al filo de la luna llena
que se ha posado en nuestra cama,
dejando al sol en la ventana .
Y hoy no me importa el mundo alrededor,
ni ese tren que me espera en la estación ,
ni las calles desnudas sin tu amor,
ni el otoño dormido en tu balcón
no me importa el mundo alrededor,
ni el invierno que enfría el corazón,
ni esa foto que cuelga en tu salón, de ese hombre que no,
que no soy yo.
Te escribo esta canción sincera, al borde de la primavera ,
que ha florecido en nuestra cama
dejando al frío en la ventana.
Y hoy no me importa el mundo alrededor,
ni ese tren que me espera en la estación ,
ni las calles desnudas sin tu amor,
ni el otoño dormido en tu balcón,
no me importa el mundo alrededor,
ni el invierno que enfría el corazón,
ni esa foto que cuelga en tu salón, de ese hombre que no
que no soy yo.

(Pablo Perea)

08 octubre 2005

Necesito un retiro de humanidad
y un autismo impuesto

05 octubre 2005

A ti... ya lo sabes...

Si no te tengo en la mente
porque hace tanto que no sé de ti,
no pienses que dejé de pensarte,
que me resigné a que mi olvido te descuidase.

Si no te quiero, tiste mentira.
Si no me quieres, melancolía.
Si no te tengo,
si me arrinconas, si me abandonas
se abre una sima
de tristeza disfrazada.
No pienses que renuncio
no creas que no lucho
por mantener una llama viva,
una esperanza,
una sonrisa en la brisa
un susurro, un aliento.
No piense que no muero,
con cada palabra muda,
con cada tiempo robado
con cada duda,
con cada sospecha,
con cada juramento al viento
que se rompe que hace brecha.
No supongas que soy la vida,
que siempre desgarra esta pena,
que siempre quiere que no muera
lo frágil que hemos vivido,
lo que hemos compartido.

Y en cada amanecer,
en cada día que vivo y no te tengo;
porque nos escondemos,
porque no nos vemos,
porque nos evaporamos,
entre jirones de pensamientos
que nos nublan, que nos hielan...
me canso y me agoto,
por intentar recuperarte,
que por ti peno tanto
que el corazón noto
ROTO

03 octubre 2005

Cuando...

Cuando te martillea la cabeza, te tomas una aspirina.
Cuando se mueven los dientes, acudes al dentista.
Cuendo te cortas un dedo, te pones una tirita.
Cuando tienes sueño, la cama es el mejor reposo.
Cuando lloras, un hombro es el mejor consuelo.
Cuando te duelen los pies, cambias de zapatos.
Cuando no ves, abres los ojos.

¿Pero que haces cuando te duele el alma?

Ya paso...



Espero para el próximo eclipse estar mejor preparada. Sí lo estaba hoy para proteger los ojos, pero no la cámara, a parte mi estupendo pulso, jajajaja que tendré que mejorar para hacer mejores fotos.

02 octubre 2005

Dolor...


Se ahogaba; no porque el tiro de la chimenea llenara la habitación de un humo perezoso que se deslizaba en las casi imperceptibles corrientes de aire. Tenía el alma agarrotada y el corazón estrangulado con un dolor que no estaba descrito en ninguno de los volúmenes que lo rodeaban. Lo había estado buscando en pasajes de novelas de amantes despechados, en historias de cruzadas imposibles, en fantasías que ni los caballeros de brillante armadura podían imaginar. Quería que aquellas palabras contenidas en el tiempo le dieran una razón para no dejarse arrastrar a un vacío donde la nada fuera menos que nada, donde el dolor dejara de ser arco y flecha de su destino, donde el olvido fuera terciopelo de sueños, donde el odio fueran caricias de viento. Pero las palabras quedaron sujetas a los libros, mudas, sin pretender desvelarle una solución, yacían a sus pies, revueltas, desordenadas. El vino, que acercaba a sus labios, no conseguía quitarle el sabor amargo del beso de despedida ¿era realmente el último beso? Fue tan frío… tan triste.
Y ahora sentía que la vida se le iba lentamente, porque lo había decido así, porque los libros que tanto amaba, que habían sido su existencia y el los que se refugiaba cuando sentía que no podía seguir adelante, ahora no le ofrecían más consuelo que los olores de antaño y las vivencias de otros que habían sufrido, habían llorado, habían amado como él lo había hecho. Pero su dolencia no tenía cabida en los volúmenes, porque estaba más allá de los escritos, más allá de esas historias y sin haber encontrado alivio y sabiendo que no podría recuperar lo que más quería se había dejado arrastrar bajo los efectos del licor en cuya inconsciencia se estaban perdiendo los recuerdos, con cada sorbo olvidaba un sonrisa, con cada largo trago un amaneces vivido, en cada paladeo los reproches hechos a lo largo de los años.
Cuando acabó la botella había olvidado hasta el amor tal y como había olvidado abrir la ventana.

Luna lunera...


Y mañana eclipse anular de sol... cuidado con los ojos y quien no pueda verlo o no quiera... hasta el 2028 no tendrá otra oportunidad