30 mayo 2003

1) ¿Que asignatura era tu favorita en el colegio? ¿Y la que no soportabas?
Odiaba las matemática, me gustaba la literatura y las manualidades.
2) ¿Eras el payaso de la clase? ¿El empollón? ¿Tenías algún mote? Todos tenemos algo de payasos, pero yo no lo era, ni de los empollones. Más bien tirando a vaga. Era la más alta y desarrollada de mi clase... tenía demasiados motes, ninguno bueno. Durante un tiempo fui Afrodita A; con eso lo digo todo.
3) ¿Algún profe te cogió manía? ¿Le cogiste tú manía a alguno? O por el contrario: ¿Te enamoraste de alguno? Creo que en el colegio ni cogí manía a ningún profe ni ellos a mi. En el instituto si, el profesor de Ética, era mutuo. Antes de entrar en clase le preguntaba si me dejaba pasar pues todos los días acababa en el pasillo. Me gustaba mucho mi profesor de 2º de EGB, José María. Y le cogí un cariño especial a la profesora de latín, Pilar.
4) ¿Sigues en contacto con los compañeros de la escuela o del instituto? A mi mejor amiga, Alicia, la conocí en párvulos, aunque por ese entonces no íbamos juntas. Ahora sí lo estamos y ya son mas de 25 años. Los de ésa época solemos quedar dos veces al año para vernos.
5) ¿Te acuerdas de alguna anécdota divertida del cole? La clase C; la mía, era la peor. Nos consideraban los más traviesos. La clase B fue a la fábrica de DYC y se portaron tan mal que la clase C se quedó sin ir. En octavo tuvimos 4 profesores de lengua... no debían aguantarnos. Lo mejor fue el día del Danone al chocolate. Todos nos trajimos unas natillas, flan... y a una determinada hora alguien dijo ES LA HORA DEL DANONE AL CHOCOLATE, todos sacamos nuestro postre y nos lo comimos allí en clase bajo la alucinada mirada del profe (uno de los sustitutos por cierto, con otro quizá no nos hubiéramos atrevido). Otra muy buena fue con Don Pimpón, el profesor que nos daba plástica en séptimo; un petardo. Un día dijo quien no quiera estar en mi clase que se vaya y se quedó solo.

28 mayo 2003

1) ¿Cuál es tu plato/comida favorito/a? Me gustan muchas cosas pero no me cansaría nunca de tomar consomés y sopas. Ahhhh y carne, ante todo soy carnívora.
2) ¿Sabes cocinar? ¿Cuál es tu especialidad? ¿Nos das la receta? ¿Sabes alguna receta a prueba de torpes? Me gusta cocinar, me relaja. Especialidades: Lasagna, pimientos rellenos de bacalao, empanada de morcilla, tarta de chocolate. No creo que haya gente torpe para cocinar... simplemente no les gusta y o comen fuera o abren alguna lata de comida preparada. Prometo poner las recetas...
3) ¿Qué es lo que no puedes soportar?¿Alguna comida que no aguantes? ¿Alguna especialidad que jamás probarías? No soporto que la gente haga ruido al masticar. Si alguien me invita un día a comer alcachofas, huevos fritos y melón... seguro que me iré corriendo y no volveré. Si voy a algún sitio, antes de decir que no... pruebo... luego decido si me gusta o no.
4) ¿Dónde has comido mejor? En muchos sitios. Sé que es un topicazo pero cualquier sitio es bueno si la compañía es agradable. Cuando voy a Laredo, no falto a mi cita en La Cabaña para tomarme una hamburguesa... las mejores que he comido.
5) ¿Postre favorito? Todos. Me apasiona el dulce.

22 mayo 2003

Subía las escaleras destartaladas y carcomidas despacio. Olía a humedad; esa humedad concentrada, encerrada, durante muchos años y olía a algo más que su nariz no pudo reconocer, pero en su cabeza se encendió una pequeña señal de alarma que tensó sus músculos. La oscuridad la rodeaba, densa, silenciosa; arropándola para disipar sus miedos sin conseguirlo. Temblaba mientras a sus oídos llegaban ruidos desconocidos, pasos apenas perceptibles, sensaciones que la hacían encogerse dentro de su piel. Se sintió de repente pequeña en aquella casa. Aquellos escalones se le antojaron, ahora, enormes y frágiles. Sus pies se detuvieron, la sensación de estar invadiendo un lugar vedado la recorrió de nuevo, por un instante y pasó de largo a través de ella. Un paso más y alcanzó lo alto de la escaleras. Miró desde allí hacia abajo. El polvo lo cubría todo, las telas de araña se asentaban sobre los objetos yertos que permanecían en la entrada, se enredaban en las columnas del antiguo salón de baile brillando como hilos de plata muertos, olvidados. Su cuerpo se había relajado ante aquella visión placentera de lo antiguo cuando un soplo de fría brisa la obligó a girarse hacia el corredor en penumbra del primer piso.
Entonces lo vio, recortándose en la cristalera del final del pasillo donde la tarde moría. Era alto y flaco hasta el extremo, pilongo hubiera dicho el abuelo, su rostro estaba oculto por las sombras, en él brillaban unos ojos casi transparente. Ella no podía moverse, sus músculos se habían vuelto de piedra, su sangre se había coagulado en sus venas y el grito quedó mudo en su garganta. El olor la azotó de nuevo pegándose a su cuerpo, a sus ropas, casi lo podía palpar si sus manos se hubieran podido mover. Cerró los ojos no quería ver, ni sentir, él no estaba allí aunque perteneciera a la casa. Y ella no estaba preparada.   N o   e s   m i   t i e m p o,  n o   e s   m i   t i e m p o, escribía en su cabeza mentalmente, pulsando cada tecla de su vieja máquina de escribir allí visualizada. Pero al abrir los ojos, el seguía allí, observándola. Movió su mano lanzándola un beso desde la oscuridad. El olor a jazmines nuevos la envolvió. Luego. La oscuridad.

21 mayo 2003

SANGRE

La sangre es vida. Se comporta como un ser vivo. Cuando se abre una brecha en el sistema circulatorio, el vaso sanguíneo se contrae presa del pánico. Se vuelve más pequeño para intentar reducir la sangre que lo recorre y sale por el corte. Las plaquetas acuden de inmediato a taponar el agujero. Existen trece factores de coagulación que preparan juntos su alquimia para detener la pérdida de sangre. Yo siempre había pensado que la sangre era roja por un motivo: es un color de alarma, de emergencia, de peligro y de socorro. Si la sangre fuese un líquido transparente como el sudor, quizá no nos percataríamos de cuándo estamos lastimados o cuándo otra persona lo está. El rojo ostenta la importancia de la sangre, y es la sirena que suena si se produce la mayor de todas las violaciones: cuando otra persona ha mutilado o arrebatado una vida.


 
Patricia Cornwell, El último reducto.


20 mayo 2003

DE LIBROS
Hoy un recuerdo para los libros de antaño, aquellos que acompañaron nuestras tardes lluviosas de sábado en casa, aquellos que nos hicieron disfrutar mil y una aventuras y quisimos hacerlas nuestras.

Este largo fin de semana en Madrid, algunos hemos aprovechado para irnos fuera. Yo he estado fuera. En estos cuatro días me he leído dos libros, amarillentos por el tiempo, oliendo a humedad de no ser abiertos en muchos años. Pero conteniendo las mismas letras, las mismas historias, las mismas aventuras.

Uno de ellos fue Los cinco en la granja Finniston. Otra vez los cinco... esos cinco y sus andanzas, otra vez la cerveza de jengibre y los helados. Otra vez todos juntos y una nueva aventura. Siempre tan correctos, tan amables, tan serviciales y educados. Tan ingleses. Esos ingleses de antaño y su té de las cinco. Parece que los acontecimientos se precipitaban cada vez que los cinco se reunían.

He estado curioseando por la red, parece que muchos de mi generación, las anteriores y las posteriores crecimos con esos libros y debían de ser buenos, las opiniones coinciden; casi todas. Me ha sorprendido una de las opiniones que he leído sobre Los cinco y que yo, con mis 8 o 9 años nunca llegué a pensar. Ni se me pasó por la cabeza que Georgina (Jorge) fuera un personaje creado para alzar la opresión de las mujeres ante los hombres en aquella época, ni que el hecho de que ella usara shorts, podía tomarse como una rebeldía por ser una prenda vedada a las mujeres. Ni me he planteado, ni antes ni ahora, las inclinaciones sexuales de Jorge. Para mí era una heroína. Porque hacía las cosas que yo siempre hubiera querido hacer, de ser tan intrépida y no amilanarse ante la oscuridad, ante un disparo en la lejanía, ni ante un nuevo misterio. Anne siempre me pareció un poco cursi, un poco débil, en definitiva, una miedica.

No me dio tiempo a leer más; lo hubiera hecho con gusto. Pero en las estanterías todavía hay algunos títulos más, con sus tapas tantas veces abiertas pegadas con papel celo que va perdiendo su poder de pegado según pasan los años. Seguramente los leeré en verano y vuelva a los recuerdos. A montar en bicicleta por parajes hermosos. A descubrir pasadizos secretos y tesoros escondidos. Sé que seguirán gustándome.

También mi tiempo, entre otras cosas, se ha visto envuelto en otro libro Los felices Hollister. El primer libro de esta peculiar familia que allá donde iban aventura que encontraban. Pete, el hijo mayor; Pam, la hija mediana; Ricky, el pecoso travieso, Holly la cuarta de los hermanos, la pequeña Sue; Zip, el perro y Morro Blanco, la gata, y sus gatitos. También me trajo recuerdos de disfrutar con la lectura durante horas y horas. Montar con ellos en barca, jugar a juegos en el jardín, participar de las travesuras de Ricky. Vivir sus angustias cuando el peligro les acechaba o descubrían, tan jóvenes, algún tesoro buscado por los mayores desde hacía tiempo. Me sentía una Hollister más y era feliz.

Ahora, releídos después de tanto, tanto tiempo, no me he sentido ajena a ellos. Según pasaba las páginas iba recordando lo que ocurriría en el siguiente capítulo y aún así me aferraba a las tapas esperando el siguiente paso que darían los protagonistas, con el alma en vilo, como antaño. He disfrutado.

Muchos otros libros se han quedado guardando polvo en el desván. Esperando para ser leídos, compartidos, recordados. Tendrán su tiempo...

Recuerdo Torres de Malory. Desde el primer curso hasta el quinto. Participé en las aventuras de las muchachas en aquel internado inglés. Con su piscina natural y sus dormitorios compartidos, donde si no tenías tus cosas ordenadas te castigaban tus compañeras con el cepillo. Página a página compartías la angustia de las alumnas nuevas y la arrogancia de las antiguas. Subías y bajabas por las antiguas escaleras, reías con las bromas gastadas a las profesoras y te desesperabas con el incomprensible francés. Cuando acababa el curso te entristecías y corrías a la estantería a coger el segundo tomo, o el tercero. Te hacías cinco cursos en un solo año.

También me gustaban mucho Los tres investigadores eran chicos más mayores: Júpiter Jones, Pete Crenshaw y Bob Andrews, sus historias más misteriosas, más arriesgadas. Robos, joyas, armas de fuego, intrigas allá por donde iban. El primer libro que leí de ellos era de mi hermano, se llamaba Los tres investigadores y el misterio del gato de trapo y me enganchó. Uno tras otro me fui comprando, o me compraban, todos los que pude. Hasta que descubrí nuevas aventuras; la siguiente me parecía aún mejor que la anterior y aquel gato de trapo quedo sumido en un recuerdo rodeado de todos sus hermanos, de lomos verdes con letras amarillas.

Creo que la última colección de mi juventud que leí fue la de Puck “cabecita loca pero gran corazón” Aquella danesa de nombre real Bente, acabó metida en un internado situado cerca de un bosque y un lago, donde junto con sus amigos las aventuras aparecían sin cesar. Torres de Malory y Santa Clara eran internados de señoritas, el de Puck era un internado mixto. Aquello supuso una novedad en la lectura y descubrir muchas cosas sobre los chicos y chicas. Puck compartía habitación con otras tres chicas y su cuarto fue llamado El Trébol de Cuatro Hojas. Los chicos amigos de Puck se llamaban Alboroto y Cavador y participaban en todas las aventuras.. A parte de la lectura, lo que me gustaban de esos libros eran las ilustraciones, que me dedicaba a colorear con mis lápices de colores: ojos, uñas, labios, prendas de vestir, paisajes... tal y como yo los imaginaba.

Quizá cuando pueda leerme de nuevo, por lo menos uno de cada libro nombrado, pueda escribir más sobre ellos. Pues tendré más recuerdos.

Las aventuras juveniles dieron paso a otras lecturas.

Uno de mis libros preferidos es el que da nombre a este blog “El patio de los niños de piedra” o de otro blog que cree antes de éste y se quedó en el intento “Cien años de soledad” libro que no pude acabarme; no quise acabármelo, me gustó tanto, tanto que me daba pena terminarlo y ahí se quedó, en la estantería del cuarto de estar con diez hojas no pasadas. El patio tiene sus lomos completamente destrozados por el uso y su color amarillo y el dibujo de la portada descoloridos. Pero la historia sigue estando ahí para quien quiera leerla.

Otros libros que dejaron huella en mi fueron la colección de Pepa y Misi con la que aprendí a leer, Los Batutos, Cuentos por teléfono, Pumuky, Charlie y la fábrica de chocolate, (el otro día hablando con un amigo coincidimos en un libro que nos había gustado de pequeños y que me encantaría volver a leer Los escarabajos vuelan al atardecer, incluso llegué a robarlo de la biblioteca del colegio, pido ahora perdón por ello, más después de haberlo perdido), La historia interminable, Momo, Los pilares de la tierra... 27 años dedicada a la lectura da para muchos más libros, pero esos son los que recuerdo con más cariño,

Y finalmente mis gustos cambiaron a caminos más oscuros... La estantería de mi habitación está repleta de libros sobre vampiros, brujas, monstruos, cosas ocultas, casas encantadas y la colección completa de libros de Stephen King hasta la fecha. Pero de él no voy hablar... no acabaría.

Sólo espero poder inculcar a mi sobrino la pasión por la lectura, no se da cuenta lo que se está perdiendo por no leer... porque todavía hay tantas vidas por vivir y tantos sentimientos por descubrir, que nos haría falta más de una existencia para poder hacerlo.
1) ¿Cuál es tu canción/obra/composición favorita?¿Tiene algún valor sentimental para tí?
Me encanta el Cannon de Pachelbel, se me ponen los pelos de punta cada vez que lo oigo, sea la versión que sea. Nunca me canso de oírlo. Una vez me grabe una cinta de 45 sólo con el Cannon para escucharlo una y otra vez
2) ¿Cuál es tu intérprete/grupo/cantante favorito?¿Por algún motivo racional?
Me gusta mucho Luis Miguel, desde siempre, desde que escuché aquel Palabra de Honor. Con los años he ido comprándome todos sus discos, en vinilo, en cinta, en CD. Incluso los tengo repetidos en los tres formatos, porque con el tiempo han reeditado los antiguos en CD
3) ¿Algún disco que no te canses de poner?¿Lo bailas, lo escuchas o lo utilizas como música de fondo?
Ahora me ha dado por Tizziano Ferro y lo escucho a todas horas. Suele ocurrirme, cuando un disco me gusta lo oigo hasta que encuentro el siguiente
4) ¿Tu concierto más memorable?¿Cuándo, dónde y con quien?
El primer concierto fue uno de Mecano en el Palacio de los Deportes de Madrid con Pancho, el ahijado de mis padres, no sé que edad tenía, posiblemente 16 años. Lo pasé tan mal por el calor, el ruido, la multitud que juré no volver jamás a un concierto. Y cumplí mi promesa hasta que en 1994 (creo) Luis Miguel dio un concierto en la plaza de toros de Las Ventas al que fui con mi amiga Tania. Juré y perjuré que no volvería jamás a un concierto multitudinario si no era al aire libre, como aquel de Ketama hace algunos años en la playa de Laredo, que a pesar de la espera disfruté.
5) ¿Tienes algún disco autografiado? ¿Cuál es su historia?
No soy de las que se mueren por la firma de un ídolo por mucho que me guste. Creo que el único disco firmado y dedicado es el de Ángel Tierno, un amigo de mis amigos que canta y me lo regaló por mi cumpleaños.

14 mayo 2003

DE CARNE Y HUESO

Hoy toca el recuerdo a las series y programas, no de animación, sino aquellas en las que los personajes eran de carne y hueso. Casi todas extranjeras. Las series de producción propia se cuentan con los dedos de la mano. No con ello quiero decir que fueran peores.

De las nuestras; hay que recordar inevitablemente a aquella familia que nos saludaba todas las tardes con un ¡¡¡¡cómo están ustedes!!!! A lo que contestábamos ¡¡¡bien!!! Sentados en el suelo del salón, pegados a la tele pensando que nos podían oír. ¿Quién no lloró cuando Fofó murió? Con Gaby lloramos menos, su personaje siempre era el serio, el distante, el cabal en aquella familia de locos. Nos quedan aún Miliki, Fofito y Milikito, ahora convertido en Emilio Aragón. Los payasos de la tele, hicieron reír a toda una generación de chavales. Les enseñaron a reír y a disfrutar haciéndolo.

Otra para recordar es La bola de cristal, tan de moda estos días por haberse editado un libro sobre el programa y una exposición en Alcalá de Henares; en la que se incluyen proyecciones de los mejores momentos. Nunca se ha conseguido reponer. ¿Tan mal nos enseño? NO. Nos enseñó a pensar entre vatios, faradios y gilivatios; nos enseñó a cantar, a proponer, a hablar sin miedo de expresarnos. Los electroduendes nos enseñaron el lado bueno de las cosas, la bruja Avería se encargaba de lo malo. ¿Qué tendrá la bola que a todo el mundo le mola? Qué era un programa inteligente, entretenido, divertido, lúdico y era para nosotros. Quizá si ahora fuera repuesto, las nuevas generaciones no lo entenderían, quizá ni nosotros lo entenderíamos y sólo nos traiga buenos recuerdos. Muy buenos.

Quién no se acuerda de la eterna pandilla del verano. Aquel verano que se nos hizo azul, muy azul; una y otra vez. Y una y otra vez lloramos la muerte de Chanquete, descolorida por el paso de los años. Aprendimos a hablar al revés, a ver que los mayores, fuera de nuestra familia, podían ser los mejores amigos del mundo, nos escuchaban, nos comprendían, nos ayudaban. Quien no se enamoró de Javi, de Pancho o de Bea. A quién no se le pasó por la mente alguna vez las trastadas de Tito y Piraña y se vio incapaz de realizarlas por miedo a las represalias. A quien no le entra nostalgia cuando aún hoy oye la canción del Dúo Dinámico el final del verano.

Para una chica es inevitable no recordar a aquellas “muchachitas que fueron a la academia de policía, les asignaron misiones muy peligrosas, Charlie las apartó de todo eso y ahora trabajan para él”. Eran las más guapas, arriesgadas e intrépidas de la tele. Kelly, Sabrina y Jill.. Ohhhhh, que recuerdos y eso que no me dejaban verlo. No entiendo qué razones tenían para prohibírmelo, claro que siempre buscaba una excusa y me pegaba a la tele. Aquellas “reinas de la pantalla” lo mismo pilotaban un avión que conducían un tanque. Yo quería hacer lo mismo... pero me conformaba con mirar al cielo y pasear con la bicicleta. Aquellos peinados, los bucles de los setenta... y los cuellos de las camisas; aquellos que se extendían desde el cuello a los hombros...¡Aquel glamour!. Me encantaban esos cuellos. Me encantaban Los Ángeles de Charlie. Aún ahora, que están tan desfasados.

Cuando se habla o se recuerda una serie que nos haya hecho llorar, pero llorar de verdad, en cada capítulo; es inevitable no acordarse de La casa de la pradera. ¡La familia Ingalls! Tan perfecta, tan melosa, tan empalagante; pero que nos mantenía en vilo allí sentados, sin podernos mover del sillón para no perdernos ni una lágrima. Creo que fue la primera serie que nos quiso inculcar la importancia de la familia, los valores de ella, de mantenerla unida en las alegrías (pocas) y en las adversidades (muchas). No sé si aprendimos o algo de ellos se quedó en nosotros. Sólo sé que gastamos un montón de pañuelos en cada hora que compartimos sobretodo con Laura, y que llegamos a odiar a Nellie Oleson más que a nuestros profesores de escuela.

¿Quién no quiso alguna vez vivir con la única compañía de un caballo blanco y un mono? Y tener dos estupendos amigos (Tommy y Anika) por los que era capaz de arriesgar todo lo que tenía. Pipi Calzaslargas, fue la niña-adulta más precoz , fuerte y generosa de la tele. La que todos queríamos ser y a la que todos intentábamos imitar. La niña fantasiosa, deseosa de que su padre volviera, pero que sobrevivía ella sola como podía en un mundo de adultos que quería imponerle sus normas.

Los 5. Libros, serie, película... eran totales. Eran lo mejor. Eran los amigos incondicionales; claro, eran primos. El cabal Julián, Dick el alocado, Anne la miedosa, George (Georgina) la rebelde y Timoteo, el mejor amigo del hombre, el mejor amigo de los chicos. Villa Kirring. Misterios. Locuras. Acampadas. Secuestros... ¿Qué no vivieron esos jóvenes estando juntos? Y sigo preguntándome lo de la famosa cerveza de jengibre, presente en todas sus aventuras. GENIAL, es la única palabra que se me ocurre para definirla. La prefecta armonía y los valores de la amistad siempre se recordarán con los cinco.

También reímos mucho con el agente más patoso que la televisión a creado. Y todo le salía bien SIEMPRE, con algo de ayuda claro; su compañera 99 era como su sombra y la que sin que él lo supiera le sacaba de todos los aprietos. El superagente 86, nos ponía de los nervios de punta, por quererle ayudar y no poder. Nos sentíamos impotentes aún sabiendo que todo se resolvería bien.

Otra familia que nos hizo reír, inculcándonos otros valores diferentes fue La familia Monster. Tan extraña, pero tan querida. Que vivían como a muchos nos hubiera gustado. Con un monstruo bajo las escaleras. Y viviendo cada minuto como si fuera el último. Era una familia diferente, pero integrada en su pequeña sociedad, sin complejos. Ellos se veían bien y te hacían verlos normales aún siendo lo más dispar del mundo.

Y como serie de acción ¿quién no recuerda a los pecos detectives, el Zipi y Zape de los policías. El rubio y el moreno que más pasiones despertaron en las hoy treintañeras. Starsky y Hutch y su inseparable deportivo rojo. Metidos en todos los follones posibles e inimaginables, de los que siempre salían airosos y sin despeinarse.

Durante más de diez años, muchos más contando las reposiciones, viajamos en un crucero intentando encontrar un amor y sin marearnos. Muchos actores hacían sus pinitos en Vacaciones en el mar y luego saltaban al estrellato. El capitán Stubing se hizo casi nuestro padre. Dejamos de tener miedo a los médicos cuando conocimos al doctor Bricker, en aquellas Vacaciones en el mar, viaje tras viaje conocimos rincones del mundo y descubrimos el poder del amor.

Y quién no recuerda a Angela Chaning, la mala por excelencia, la matriarca que quería tener a todos bajo su poder y mantener a la vez sus viñedos de Falcon Crest llevándose a quien fuera por delante. Nadie era bueno para ella, porqué ella era la más mala de la tele. La familia Chaning durante años nos tuvo pendientes del televisor y no veíamos el momento en que alguien pudiera con ella y la destronara.

La primera vez que tuvimos conciencia de querer ser dominados por seres de otro planeta fue con la serie V. Quien no quiso unirse a la resistencia con Mike Donovan y su inseparable Julie para vencer a aquellos lagartos, que se ocultaban bajo rostros humanos para que confiáramos en ellos.

Y cuando se trata de recordar a uno de los más horteras de la tele, nos viene a la memoria el nombre de Michael Night y su coche fantástico. Aquella cazadora perenne, aquellas botas punteras de tacón, aquellos rizos, aquella camisa siempre abierta... y encima se empeñaba en conducir un coche al que sólo le faltaba poder tener hijos, todo lo demás podía hacerlo. Pero quien no deseó alguna vez tener un coche así.

Hay más series, Los hombres de Harrelson, Con ocho basta, Los Ropper, Enredo, Un hombre en casa, Bonanza, Los vengadores, la Masa, Curro Jiménez, Historias para no dormir, Embrujada, Colombo, Fama, Corrupción en Miami... que necesitan ser nombradas y recordadas con cariño.

Y muchas más, maravillosas todas pero que sólo quedan en la memoria de algunos nostálgicos. En mi memoria.

11 mayo 2003

RECUERDOS ANIMADOS
El día 8 de mayo fue el cumpleaños de mi sobrina. Una preciosa sobrina la verdad. Aunque con 5 años está en esa fase medio rebelde, medio cursi en la que no sabes si comértela a besos o ahogarla en la bañera. Qué se le va a hacer... todos pasamos por esa etapa y todos la sobrevivimos.
Encontré en su casa un CD llamado “canciones de los sábados por la tarde”
¿Quién no se acuerda de las series de los sábados? Esas que ponían después de comer y antes de la película de la sobremesa; qué casi siempre eran del oeste. Esas que antes nos gustaban tanto y ahora casi nadie ve.
Oír el CD me trajo muy buenos recuerdos, esas series que han pasado a la historia en la mente de los que nacimos antes del 75 o un poco más.
Quién no lloró con Marco y se le hizo eterna la travesía desde los Apeninos a los Andes.
Quién no conoció Frankfurt a través de los ojos de Heidi y saboreó los panecillos blancos.
A quién no le entraron ganas de volar de flor en flor junto a Maya
Qué chico no quiso alguna vez subirse a la nave de Koyi Kabuto y conducir a Mazinger Z para vencer a los malvados robots del barón Asley.
O tener el reloj transformador del Comando G.
Quién no se preguntó alguna vez a qué sabía la cerveza de jengibre que siempre llevaban los cinco en sus aventuras. (esto ya sé que no son dibujos, era otro tipo de serie... tendrán su apartado otro día)
A parte de todas esas series de dibujos, había muchas más que sería interminable nombrar, quiero hacer mención aquí de una en especial LOS BARBAPAPÁ, que no era ni con mucho mi preferida, pero le tengo un especial cariño. Siempre he deseado que la repusieran.
¿Alguien se acuerda de ellos? Barbapapá, Barbamamá, Barbalalá, Barbalib, Barbazoo, Barbabella, Barbabravo. Barbabello y Barbaluz... no sé si falta alguno... o en algún nombre me confundo.
Aquellos seres de colores cuya forma original era parecida a la de un bolo eran flexibles, blanditos, se estiraba y encogían a placer. Podían ser cualquier cosa, transformarse en lo que quisieran ¡qué envidia! Siempre estaban de buen humor y eso transmitían. Cada uno tenía un color... que averiguaré.
Después de toda una infancia, adolescencia, juventud y ahora también por que negarlo, viendo dibujos animados (y han sido muchos) me quedo con la película de Disney La Bella Durmiente (mi preferida), con Candy-Candy (que alguien me llame cursi por ello, no me importa) y con la serie Dragones y Mazmorras: Hank, el arquero; Sheila, la maga; Diana, la acróbata; Presto, el mago; Erik, el caballero, Bobby, el bárbaro y Uni, el Unicornio. Cuya única finalidad para volver a su mundo era salvar el planeta al que habían accedido a través de una puerta a otra dimensión; desde el parque de atracciones; de Vender, el malo con la ayuda del Amo del calabozo, el bueno. Como muchas veces, esta serie quedó inconclusa y nunca supe si el mundo fantástico fue salvado y los chicos por fin pudieron volver a su hogar. Tampoco supe nunca si Candy llegó a ser feliz en su vida.
Mientras estaba escribiendo todo esto, a mi memoria han accedido fragmentos de otras series; muchas otras que quizá no quieran morir en los recuerdos: Vickie el vikingo, Baner y Flapy, El bosque de Tayack, Los Supersónicos, Ulises...
Muchas otras han sido repuestas, o se siguen reponiendo en televisión a veces, como Los Picapiedra, Scooby-doo, Tom y Jerry, Bugs Bunny, el coyote y el correcaminos... que no necesitan comentarios.
¿Quién no recuerda el Vamos a la cama, La cometa blanca, La bola de cristal o el insuperable Barrio Sésamo, con él que tanto aprendimos?
¿Quién no recuerda?

09 mayo 2003

1)¿Cuál ha sido, de momento, tu mejor viaje?
Creo que el denominado “Aventura’92”, allá por el año 88. Un mes metida en un barco con otros 1.000 estudiantes, de toda España y América Latina, recreando el segundo viaje de Colón a las Américas.

2) ¿Cuál es la ciudad o el país, que ya conozcas, que no te cansarías nunca de visitar?
No viajo mucho la verdad. Pero me encantaría recorrerme Cantabria entera y fotografiar todas sus iglesias, casonas, cementerios, playas....

3) ¿Qué país o ciudad que aún no conozcas te mueres por visitar? ¿Porqué?
Siempre he querido conocer Moscú. Leí en un libro que había en casa, cuando era pequeña, la historia de la catedral de San Basilio y me impresionó. El metro de Moscú es algo que también me encantaría ver. La pobreza el la superficie y la riqueza bajo tierra.

4) ¿Te gustaría vivir en otro país o ciudad? ¿En cuál? ¿Para siempre, o sólo una temporada?
Hay otros mundos... pero no están en éste. (S. King)

5) ¿Hay algún lugar o lugares a los cuales no quieras ir? ¿Porqué motivo?
Si fuera un poco más arriesgada... me atrevería a viajar siempre... pero me conformo con lo que tengo. No soporto el calor, así que seguramente evitaría todo tipo de país desértico.

07 mayo 2003

Si me lees me ayudaras???
sigo perdida
sigo sin saber que hacer
sigo sin leer las cosas que escribo
sigo gritando y nadie me escucha
sigo gritando
aunque no lo hago sola.. (espero)
Es llegar a tu lado y fundirme
en tu sombra lo que quiero
detrás,
detrás de ti sin que me veas
sin sospechar siquiera mi existencia.
Es mirarte de lejos lo que ansío,
zambullirme en el mar de tu mirada.
Quiero ver lo que ocultas tras tus olas,
quiero ver en que playas me aguardas
Un momento tan solo, un parpadeo;
después,
después me iré sin ruido
por el camino que hasta ti me trajo.
Desde la mañana la sonrisa apareció en mi cara
te la dedico, A TI, por hacerme partícipe de esto.

Si supiera dibujar esa sonrisa aquí... lo haría
Seguiré escribiendo
Seguiré investigando
Seguiré curioseando
y poniendo parte de mi en esto...

06 mayo 2003

1) ¿Cuándo empezaste tu blog?
CREO QUE A MEDIADOS DE ABRIL
2) ¿Qué motivo te impulsó a ello?
UN AMIGO MUY ESPECIAL ME ANIMÓ A ELLO
3) ¿Conocen tu familia y amigos la existencia de este blog?¿Te leen?¿O por el contrario, si alguien de tu familia encontrara por casualidad tu blog no sabría que eres tú?
NO CREO QUE MI FAMILIA LO CONOZCA, NI YO MISMA SE COMO FUNCIONA
4) ¿A quien enlazas (link): a blogs parecidos al tuyo, o muy distintos? ¿Enlazas a todo el que te enlaza?
DE MOMENTO ESTOY EN FASE DE APRENDIZAJE
5) ¿Le ves futuro a tu blog? ¿Cuánto tiempo crees que seguirás con él?
TIEMPO ES LO ÚNICO QUE TENGO, LA PACIENCIA DURA MENOS