14 abril 2009

Fin de fiesta...

Ya se ha acabado lo bueno. Aquí estoy con la maleta a medio cerrar y esperando a Mart-ini que está trabajando, para ir a la estación y coger ese tren que me llevará de nuevo a la gran ciudad, a casa. Han sido unos días estupendos, relajados a la vez que estresantes pues no hemos parado un momento y con un montón de gente con la que me siento realmente a gusto: Merka, BlueMary, Djana, Superfashion, Sourire, Superdelgada, NiñaSonrisa, Serdna, Niña Rizos, BlueMary, Pescadera y muchos más, pero como no sé los nick no los pongo.
Anoche para despedir esta ajetreada semana Djana nos invitó a su casa a ver los fuegos acompañados de música lo que los hizo preciosos. A mi es que los fuegos me emocionan.
Las despedidas ya no son como antes, y aunque no dejan de ser despedidas una no puede estar tan alegre como en los encuentros pero se aguanta las lágrimas o como en este caso, las derrama mientras escribe unas pocas líneas para recordar a toda la gente con la que ha compartido unos días de desconexión que me eran tan necesarios y en especial al anfitrión que tan amablemente me ha acogido en su casa durante tantos días, irrumpiendo en su rutina, en su intimidad, en sus momentos de soledad.
Y es que Mart-ini es mucho Mart-íni, decir cosas de él es acabar con todos los términos buenos que tiene el diccionario. Supongo que como todos tiene su lado malo, pero yo de momento no lo he encontrado, porque conmigo es un cielo y a su lado siempre me siento estupendamente, nunca me falta de nada, ni cariño, ni una sonrisa, ni un abrazo cuando lo necesito. Él hace que las personas nos sintamos más especiales de lo que realmente somos. Y no sólo es conmigo, es con todos aquellos que lo rodean. Es capaz de dar cariño a raudales sin pedir nada a cambio y personas como esas en este mundo de hoy, es muy difícil encontrarlas. Y sólo por eso, por ser la persona más generosa, cariñosa, amable, por ser ÉL, sin aderezos, es por lo que me gustaría que estos momentos no acabaran, qué se hicieran eternos, qué siempre pudiéramos tenermos más cerca para compartirlos, para compartirle a él y a todo su mundo.
Y si se nota aque siento una debilidad infinita por él, es cierto. Por haberme dejado entrar dentro de su corazón, por compartirlo conmigo, porque es capaz de darte ánimos aún cuando él no los tenga y darte su mano para tirar de ti cuando él se está hundiendo.
Él es y será parte ya de mi, para siempre, incluso si esta amistad llega en algún momento su fin, habrá momentos que no se podrán olvidar, ni sonrisas que se puedan borrar.
Sólo queda darte las gracias una y mil veces, tampoco habría palabras suficientes para ello, ya lo sabes, pero no puedo de dejar dártelas y tampoco decirte que TE QUIERO MUCHÍSIMO, aunque eso también lo sabes de sobra.

6 comentarios:

*Laura* dijo...

Jolin Nat, ya somos dos llorando, me emociona leerte porque muchad de las cosas que escribes las siento yo, como lo de que te hace sentir especial, que te escucha aun estando el mal..., la verdad que tenemos suerte de formar parte de la vida de una persona tan y tan especial verdad????, ahora toca cuidarlo mucho para que no se parche nunca de nuestro lado, un besazo para los dos enorme!!

Vulcano Lover dijo...

;-(

Martini dijo...

Gracias por las palabras... ya sabes donde me tienes SIEMPRE

Santi dijo...

Nat es mía, ahahá hahá hahá :) :) :); y más o menos algo así hago cuando me dan los celos Feroces :) :) :)

Besos de me río de mí mismo conmigo mismo :P :P

Djana dijo...

A mi blog te remito para que lo leas. Besotes guapetona.

Bel dijo...

No puedo más que sonreir :). Que buen cuerpo me has dejado y enhorabuena Martini porque como bien dice Nat (y Nat no es de exagerar), hay muy poca gente como tu.

Besos.