12 septiembre 2007

Un vacío...

Como duele el dolor de no sentir nada.
Renunciando a escapar de las ataduras.
Tomemos ese tren de vías anchas.
Naveguemos rumbo a otras lunas,
ante la imposibilidad de sangrar en esta tierra.
Vamos a ponernos a salvo.
A poner los pies en el abismo.
Tristeza en el estómago.
Silencio.
La mirada perdida.
Desnuda el alma
de crisálidas dormidas.
Déjame aclamar tu pena,
resignada.
Ciérrame las puertas.
Trece veces trece.
Dos veces dos.
Así somos.
Así.
Tú. Yo.

2 comentarios:

Vulcano Lover dijo...

quizá el dolor más grande ese de no sentir nada. Es mi batalla diaria, a veces fracasada, pero merece la pena luchar en ella, porque siempre, tarde o temprano, te trae regalos inesperados. Con más frecuencia de la que imaginas...
Besitos.

Martini dijo...

uy, que triste...