04 enero 2007

Una de cal...

... y una de arena.

La sorpresa de hoy, la mejor que me podías haber dado para empezar el año a pesar de no haberte reconocido, ha sido tú llamada.
Las palabras siempre se quedarán huecas cuando hablo de ti, cuando te recuerdo, cuando mi mente repasa el tiempo que me has dado, el que te he dado, el que nos dimos. Cierto que con el paso de las estaciones voy superando esas ausencias, voy esquivando los sentimientos dolorosos y me voy acostumbrando al alejamiento de tu persona siempre presente en mi. Y es que quererte, desde siempre ha sido una línea divisoria; una frontera para la cual no he tenido pasaporte ni equipaje. Esta vez al colgar no he sentido mi pena, sino la tuya y el tono, aunque jovial, algo afectado de tu voz al contarme todo y me hubiera gustado estar en ese momento a tu lado, poderte abrazar, decirte que siempre estaré ahí, aun en las sombras, esperando un salvoconducto que frene mi repatriación a la ciudad del olvido.
TE QUIERO y eso no se podrá cambiar ni aun cuando la razón y la sin razón compitan por despojarte de tu ser.
Hoy te dedico esta canción porque dice mucho de nosotros.


La decepción de hoy, cuando él me ha dicho que se va, que se marcha de aquí y qué quería decírmelo antes de que me enterase por otros. Aquí es que la gente habla demasiado… Me he sentido triste, quizá decepcionada por este abandono que siento injusto. Soy egoísta. Lo quiero aquí conmigo, pero luego pensándolo bien me gusta su arrojo, su decisión de no alienarse, como tantos otros aquí y de decidir que este sistema no le gusta y que no quiere continuar aquí. Después de tantas semanas compartiendo nuestro tiempo, contándonos cosas triviales, cosas importantes para uno y para otro, riéndome con y de él por sus ocurrencias y a veces sus despropósitos. Ahora que ya he aprendido su acento y sus gestos, sus ademanes y sus guiños. Ahora que ya puedo imitar sus pasos e interpretar sus silencios. Ahora que sus miradas no rehuyen las mías, ahora… se va.
TE ECHARÉ DE MENOS

Piedra 1. Las bondades del tiempo no terminan por curar los espacios vacíos que dejan los corazones errantes.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues vaya palabras que escribes hoy, para un corazón más que errante como el mío, lleno de vericuetos y ausencias, de distancias y olvidos. En estas esquinas espinosas de la vida nos desgarramos con seguridad, no se puede de otro modo... se trata de pasar, que tras la afilada arista nos queda un amplio pasillo alfombrado y cálido... siempre pasa así. Solo que debemos caminarlo ya con la herida, cicatrizada o no... Son cosas de la vida andar curando heridas, saber que la cicatriz quedará para siempre, que algunas cosas son imborrables, imposibles de borrar, porque no exsite goma alguna que borre un corazón desbocado, imagino...
Besos (y si nos vemos hoy?)

Martini dijo...

Casi me haces llorar hoy, aunque se que no es tu intención... así que te mando un beso de amistad y yo me quedo con tu piedra 1 ¿vale?
Las bondades del tiempo no terminan por curar los espacios vacíos que dejan los corazones errantes

NaT dijo...

Corazoncito indomable!!! qué razón tienes en todo Vulcano, como siempre. No tengo el corazón desbocado, sólo apenado por no poder verle todos los días... que se le va a hacer. Quizá ahora, fuera de aqui, compartamos más cosas... o menos; nunca se sabe.
Leí tarde lo de quedar, me fui pronto para hacer compras, pocas, esta tarde me tocan más.
Besos grandes y adormilados
Y del finde no pasa que nos veamos!

Ni se te ocurra llorar Mart-ini!!! que estoy muy lejos para poder consolarte y dar ese beso enorrrrrrme y amistoso que te mereces, por todo y por más.
La piedra, te la cedo si la quieres.
Besillos.