De limpieza...

Hoy he hecho limpieza de alma.
Soy un cajón desastre y entre las pelusas he encontrado demasiadas cosas deterioradas que están ocupando un espacio precioso.

Tengo un teléfono que no suena ni dentro de mi cabeza porque me olvidé de tu número. Limpieza primera.

Poseo trozos de un corazón que hiciste trizas con las mentiras y no hubo tiritas que lo reparasen. Limpieza segunda.

Conservo un bote de aquellas risas que nos otorgamos y se han quedado mudas. Limpieza tercera.

Almaceno las caricias sobre mi piel, aquellas bajo las que temblaba y ante las que ahora no siento nada. Limpieza cuarta.

Atesoro cada mirada, cada reflejo de tus ojos en mis ojos, cada lágrima de luz y ahora soy ciega en tu reflejo. Limpieza quinta.

Recolecto los frutos de un amor prohibido entre las sábanas de una cama que nunca fue mía. Ahora duermo sola. Limpieza sexta.

Acumulo besos que partieron mis labios y cortaron mi respiración, durante tiempo indefinido, pensando que me ahogaría en ti y ahora se han quedado secos. Limpieza séptima.

Acaparo todas las horas que quise pasar contigo y el reloj nunca se detenía otorgándome la soledad de los minutos. Olvidé darle cuerda de nuevo para ti. Limpieza octava.

Retengo la ilusión de un amor, un delirio de sensaciones que he enterrado bajo la arena, profundamente poniendo una losa encima. Limpieza novena.

Amontono papel de cartas escritas que amarillean en una bolsa junto a la estufa; deseo que llegue el invierno, tus palabras de amor arderán como si fueran el infierno y en él me calentaré. Limpieza décima.

Creo que me he quitado diez kilos de encima, hay recuerdos que a veces pesan demasiado.