Hay días...

Hay días en los que perder a alguien duele tanto como volvérselo a encontrar.
Días en los que las lágrimas de felicidad no pueden ocultarse; ni se quiere.
Hay días en los cuales el corazón se desborda en ríos salados, imposibles de controlar.
Días que la felicidad rebasa límites insospechados.
Rompiendo a su paso todas las barreras que he estado levantando durante tanto tiempo.
Porque perderte y verte alejarte sin poder poner remedio ha ido elevando los pequeños muros que rodeaban mi corazón; no quería sufrir, no quería llorar, no quería ahogarme en mi propia pena, en mis propios recuerdos, en mis propios anhelos de recuperarte.
Y ahora estás de nuevo cerca, al alcance de mi mano si la estiro. Un montón de palabras que sólo tú dices me llenan la cabeza, un montón de sonrisas, un cúmulo de suspiros.
Hay días en los que la felicidad es tan completa que se escapa en forma de lágrimas