Otra piedra, de esas que tropiezas una y otra vez y no escarmientas nunca. No sé si es por la mente distendida, la sangre a diferente presión de los canarios y/o residentes allí que he conocido, pero mis relaciones con ellos nunca han acabado bien. No es que haya conocido a muchos sólo sé que los que estaban ya no están.
F. R. S. que a pesar del amor, me amargó la existencia y aún hoy a veces sigo recordándolo.
M. una “amistad” virtual de dos años que desapareció de la noche a la mañana después de tantos desvelos y no dijo ni adiós.
O. G. M. Con el cual y sin quererlo creé un estrecho lazo, día a día, palabra a palabra, imagen a imagen, tan fino tan fino y tan frágil que rompí, por no tener y querer, por querer y no alcanzar… me empeñé en que se rompiera haciendo caso omiso de la advertencias del destino y aunque he querido volver a atar los nudos, las manos no ha sido suficientes.
Y ahora tengo miedo, J. N. G. se ha marchado a las islas, algo lo arrastró e igual que el destino quiso que nos encontráramos el destino me lo arrebata y la cosa no acabará bien.
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