02 octubre 2003

Llueve. Lleva tres días lloviendo. A veces la cortina de agua es tan intensa que no te deja ver los edificios cercanos. A veces es tan tenue que parece que no lloviera. Me gustan los días de lluvia. Me gusta ver llover a través de los cristales. Me gusta mojarme bajo las frías gotas. me gusta el cielo plomizo, como cobre infranqueable, como mercurio que se escapa por los dedos. Me gusta el olor de la ciudad mojada, ese olor característico de los sufrimientos ajenos. Me gusta la luz del sol cuando rompe las espesas nubes de tristeza. Me gustan los relámpagos, de mil brazos, cuando rompen la oscuridad a medias de la cuidad. Y el retumbar protestante de los truenos. Me gusta contar y saber cuanto tiempo me queda hasta que la lluvia descargue sobre mi cabeza. No corro, no me escondo de las gotas, que empapan mi ropa, mi pelo, mi cara si miro al cielo. Me gustan los días de lluvia... por eso odio los paraguas.

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