¿Pienso, luego existe?
Cuando escribo lo que pienso, dejo de pensar lo que escribo. Dejo volar los dedos que buscan las letras frente a mí y mi mente se pierde creando. A veces parece que no cuenta conmigo; viaja ella sola. Visualiza, retiene. Inventa a través de mis ojos, de mis recuerdos, de mi presente. Se alimenta de mi pasado. Muere en mis sueños, apoyada en mi almohada. Sueño. Revive en el sol de la mañana, en las nubes, en las gotas de lluvia que me mojan mientras camino. Mientras te pienso, te piensa, te sonríe, te sonrío. No pide más. Qué esté ahí, qué estés ahí.
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