Suprema fue la bajada de las estrella y la noche se hizo cerrada, tanto, que ni las manos pudieron tocarse por no hallarse, aún no existiendo distancia.
Bésame le dijo el cazador a la presa.
Y el agua terminó inundando los campos de trigo.
Nada crecería en ese yermo páramo, ni un suspiro, ni una brizna; carcajadas derrochadas y tú mirada que pierde efecto en mi piel, por ser tan largas las costuras.
Se acaba.
Termina.
Sucede; sin más.
No hay que darle más vueltas dijo el trofeo
Ha llegado el momento.
No has de convencerme.
Muerde.
Y la sangre sesgó el viento.
2 comentarios:
Pues espero que se te ocurran más a menudo :)
Ya tenemos equipo!!!! Que estresss!!
Besos de repente.
Joder... sabía de tu talento, pero no a ese extremo
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