18 abril 2008

Se desafiaban uno al otro, mirándose casi de soslayo, pujando por ser el primero en alcanzar el suelo nada más levantarse, el primero en entrar en la ducha o el primero en calzarse y dar el primer paso; porque parecía importante. Cada uno tenía sus ideas, uno quería caminar hacia la derecha y el otro hacia la izquierda y en los dolores tampoco parecían ponerse de acuerdo. Querían ser independientes pero al mismo tiempo necesitaban formar parte de la maquina de su existencia. En ocasiones se pisaban, incluso se hacían daño, como si lanzaran puñaladas que aunque corrieran se clavaban en el silencio mutuo de la palabras. Pero no podían estar el uno sin el otro, eran complementarios, eran necesarios y a pesar de las disputas, de los celos, de los cuidados, no podían alejarse y permanecerían eternamente juntos, en la vida e incluso en la muerte.

4 comentarios:

Santi dijo...

Uuuy, qué silencio en el patio :); ¡Nada de sustos, ehhh!

Huummm, y mira que cuesta asumir que lo que no nos gusta de nosotros mismos, no necesariamente es un defecto... o sí, pero todos los tenemos; sólo hay que ver a qué nos unen, esos defectos, "si son defectos"...

Huummm, me encantan tus escritos y esos circulitos de los ascensores; recuerdo una vez en plena crisis de "ohh, se ha parado!" que estuve sentado sobre ellos y el modo en que las lagrimitas de una chica que se quedó conmigo hacían "plof" contra ellos.

Un abrazo con margaritas en los pies

Martini dijo...

y lo monas que son esas manoletinas???

NaT dijo...

Si yo no asusto nada Alx!!! y menos a ti.
Confesaré que no es un ascensor, es el metro, las fantasías del ascensor otro día te las cuento ;)
No te has dado cuenta que los pies a veces son como las parejas? Ahí está la metáfora del escrito. Me ha faltado la otra foto en la ue los pies estaban separados. Hubiera quedado mejor ¿No?

Un besín nocturno.
Gracias por gustarte, eso me emociona.

Me parecieron monas, sí Mart-ini y menos mal que fui muy discreta y que la chica iba absorta en su libro, que si me pilla haciéndole la foto igual se mosquea.
Un besote bien grande ¡¡ya queda menos!!

Santi dijo...

No, esa está bien, porque, tal y como yo lo vi, da la sensación de que sí, te gustas, puedes llevarte bien pero, también, ponerte la zancadilla, hacerte caer.

Huumm, caer no es malo; temo que mi comienzo... en realidad la continuación de lo que escribió vulcano sí que no es muy buena, pero, ya sabes, las prisas, el café, el escaqueo, y, claro, salió eso.

Un abrazo ant nat