17 septiembre 2007

De capas y pelotas...


Dos de los hombres de hoy (el tercero no aparecerá en escena)
Uno de ficción y el otro real.
Los dos altos, quizá uno más que otro por eso de las cámaras y los efectos especiales.
Otro alto, por naturaleza.
Los dos luchando por una causa. Uno por la humanidad, por el amor; por su amor.
El otro por hacer un buen juego en equipo, por sumar una copa más a su plamarés, por no defraudar a todos aquellos que lo estaban mirando en esos momentos.
Ha sido una gran lucha, una dura lucha hasta el último momento. Sólo hay que ver las caras de derrota del equipo, cuando tenían el triunfo en sus manos. Sólo hay que ver la cara de Gasol tras finalizar el partido. Aún así, ya ha sido un triunfo llegar hasta la final. Ofrecernos la emoción de rozar el oro. Que no ha sido el mejor partido, es cierto. Pero habrá otros y no creo que los miles y miles de aficionados se hayan defraudado por ello.
La película no me ha disgustado, me ha gustado que hayan conservado la música original, esa que me sigue transportando a la niñez, a cuando llenaba la habitación de pósters del hombre que volaba en calzoncillos :P a esos momentos de magia que nos ofrecía el cine. Y que aunque la historia haya sido un poco increíble, también han mantenido el fotograma final: ese en el que el hombre de acero vuela alejandose de la tierra pasando al lado de la cámara. No me he fijado si sonrie a la cámara...
Y yo, fiel acérrima desde siempre de mi amado Christopher Reeve, el Supermán por excelencia, he de decir que este nuevo súper héroe me ha convencido en ocasiones y en ocasiones no. Me ha convencido su mirada en el momento del disparo de bala ¡qué ojos! No me ha convencido en lo blandito, cuando lo vapulean.
Pero claro, sin derrota no hay triunfo y eso también lo sabe el equipo español.

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