29 agosto 2007

Viviendo...

Hay días en los que amaneces pensando si estás haciendo las cosas adecuadas, si has de dejar todas tus expectativas y todos tus argumentos, si es necesario el esfuerzo que requiere no conformarse con lo que uno tiene. No quiero ser un sistema métrico dentro de un laberinto burocrático donde sólo existe una norma: no eres una persona, sólo una entidad, que ni manda, ni otorga. No quiero ser un modelo de persona regido por un reloj que te marca las horas laborales, que marca cuando comer, cuando descansar, cuando hablar… quiero medir mis minutos y lo que me apetezca hacer en casa instante. No quiero estar sujeta toda la vida a una dieta para poder pasar de una talla 54 a una 44, que es la que abunda en las tiendas y en las cuales es quimérico adecuarse. No es mi pretensión absoluta tener una pareja; padre de unos niños que no quiero, ni convivir en 30 metros cuadrados, donde es impensable tener un solo minuto de soledad. Estoy cansada de considerarme extraña en un mundo donde se espera que haga lo adecuado, lo que rigen unos cánones obsoletos de familia, amistad, amor y sexo. Me exaspera que los demás piensen por mi, y que mi propio yo les parezca algo que no encaja, que piensen que fallo en algo ¿Y caso no? Soy humana, eso es cosecha de mi propia vida y de mis propios pasos. Es incoherente querer que nuestras existencias tengan que ser paralelas, porque lo que para ti está bien, para mi no. Porque tus logros no son los míos, ni quiero que lo sean. Porque mi conformismo es vivir y vivir con lo que tengo, ni más, ni menos. Cuando tenga menos ya no estaré y si tengo más, probablemente deje de ser yo. No me gusta que se cuestione mi forma de amar por ser distinta, por ser más de sensualidad que de sexualidad, más afectiva que carnal, más promiscua de valores que de goces.

Quiero ser mi propia identidad y quiero que se me respete como tal: huesos que se volverán frágiles, órganos que irán fallando por mucho que hayan sido cuidados, sentimientos ilusionados y destrozados casi a partes iguales, cerebro que un día se bloqueará y perderá el resto de sentidos, corazón que un día se parará y ahí, habré dejado de existir.

9 comentarios:

Martini dijo...

Yo también quiero medir mis minutos... también quiero ser como soy, sin más ni menos.

Un besazo muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuy grande

Vulcano Lover dijo...

Ser es un ejercicio difícil cuando decides hacerlo sin dejarte llevar por todo eso que tradición, sociedad y ese ejercito de esbirros ciegos que lo sustentan dictan para que los que quieren no tengan que pensar en nada (ni siquiera en sí mismos).
Y tú eres una de esas personas que eres tú misma. Con lo que me gusta más y lo que me gusta menos de ti, pero auténtica y Libre, donde lo errado no es castigo alguno sino aprendizaje y humildad... Te aprecio muchísimo, natalia, y una de las razones para ello (aparte de lo inevitable del cariño que te tengo) es porque eres una persona libre... tan libre que también haces libres las relaciones que creas con las personas, y los vínculos que estableces, y sólo así se consigue la verdadera tolerancia. Es un valor difícil de encontrar hoy en día, guapa. Por eso eres tan valiosa para mí. No sólo porque te quiero un montón, sino porque eres un ejemplo a seguir. Y los que no entiendan, pues peor para ellos.
Sí, un montón... tanto como fuertes son mis abrazos... Uno bien grande para ti... lo hacemos físico prontito, vale???

Pasajero dijo...

Toda una declaración de intenciones. Me pregunto cual fue el momento en que te surgió escribir esto, que es lo que hay detrás. Me quedo con la duda. En cualquier caso, es un texto precioso, directo, me queda un poco fuera de ti. No cambies nunca Nat.
Besos.

Naxo dijo...

Y aquí es donde podría poner cientos de frases que de tan manoseadas resultan odiosas, como: "De todo tiene que haber en esta vida ¿no?"... "Para gustos los colores..." "En la variedad está el gusto..."
Y es que hay muchas formas de vivir la vida. Y porque haya alguna que sea mayoritaria en esta sociedad, como puede ser tener como principal fin el casarse y tener hijos, pues también hay otras igual de respetables, y que cada uno escoja lo que le salga del coño, hombre ya. Tú sigue siendo como eres, que estás muy bien así.
P.D: Creo que me estoy volviendo muy ordinaria jaja
Un beso!

Javier Herce dijo...

Tienes que ser como sientas que tienes que ser y tienes que ser como eres, ¿sabes por qué? Porque si no fueras como eres yo no te podría querer tanto.

Fernando J. López dijo...

la identidad es un riesgo que hay que correr, un camino a ciegas en una definición donde la libertad es el único camino posible
ser, y ser tú, eso es todo: no dejes que los demás coloquen sus pronombres o sus expectativas; solo tú -en esa segunda persona donde darás cobijo a cuantas personas desees- tiene sentido
muchos besos, guapa

Antinoo Libre dijo...

¡Ánimo en esa búsqueda de la libertad en la que estamos muchos!
Cómo te entiendo...
Me ha gustado mucho leer tus palabras ;)
Besos!!!!!!!

Azul_oscuro dijo...

No hace mucho alguien que cada vez ocupa un rinconcito mas importante en vida me dijo que dejara de preocuparme por lo que los demás esperan de mi y me ocupara de lo que en realidad me importa a mi...
Y leyendo tu post esto mismo me ha venido a la cabeza. Es difícil a veces conseguirlo en esta sociedad con las pautas tan bien marcadas, pero no deja de ser algo posible y factible...
Animo en esa búsqueda, ánimo en la defensa de lo que eres. Estoy segura de que sin todo esto nada tendría sentido.
Un beso enorme apa!

luigi dijo...

Pues muy bien por ti por tener las cosas claras. Respetar a los demás, sus opiniones y sus ideas, sus elecciones, es algo que debemos aprender todos. Aunque muchos crea(mos)n que los respetamos.
Besos guapa!