20 mayo 2005

Ternura...

Hace un par de días que los vi, hoy me he vuelto a acordar de ellos, seguramente por alguna frase que he leído en el giroLibro que me ha tocado este mes. Iba andando hacia casa; estaban sentados en un banco, uno frente al otro, separados por un par de palmos. Sobre el respaldo del banco se balanceaba una mano cogida a la otra, acariciándose. Uno tenía los pies en el suelo y el otro torcía una de sus piernas hacia su cuerpo mientras la otra la mantenía, enfundado su pie en unas blancas playeras, sobre los adoquines estropeados de la calle. Se miraban sin hablarse, con ese silencio de los enamorados que no necesita palabras. Uno con sus ojos bajo la visera de una gorra, el otro con mechones de pelo sobre la cara. Justo cuando pasaba por delante el chico de la gorra beso al chico sin gorra en los labios. Sólo acerté a oír unas palabras. -… pero no me muerdas!...- cuando me alejaba. Supongo que el segundo chico se lo diría al primero, ya que fue el de la gorra el que acercó su boca, ansiosa, primero. Me alejé con una sonrisa, aún quedan amores inocentes, y un enorme sentimiento de ternura hacia los dos adolescentes. Ha sido como un momento mágico. Hace tiempo que no sentía que un simple gesto me pareciera tan bonito y una frase suelta tan enorme y sincera.

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