12 mayo 2005

Aún queda mucho que deciros...

No suelo escribir mucho de mi aquí, bueno, esa afirmación tampoco es cierta del todo. Cuento mucho de mi, pero en vez de contar, como hace otra gente por ahí mi día a día u otras cosas de mayor o menor importancia, me expreso como mejor creo que sé; por medio de imágenes o de palabras que componen frases, citas sacadas de libros, poemas que se escapan de mis dedos así, sin quererlo. Y en cada palabra dejo un poquito de mi persona. Ayer se me acusó de melancólica y no una vez, ¡¡¡dos!!!, en el mismo día y por dos personas diferentes. Acusar tampoco es la palabra precisa, pero al utilizarla quizá me escude y me proteja de algo que ronda el aire y que me acompaña siempre. Ellos deberían saberlo desde hace tiempo. Es un estado que no me molesta, incluso me gusta porque me siento más creativa, al menos me gusta pensarlo así. Cierto es que resulta un poco aburrido estar y escribir siempre de lo mismo, quizá ya sea la monotonía de mis días lo que me hace actuar así o que no encuentro un motivo aparente para reír a carcajadas y estar en un estado de euforia continuo. Eso sólo ocurre cinco días al mes. Luego el letargo de los sentidos vuelve a ser el mismo.

Y, para explicarme mejor, diré en mi defensa que el hecho de no teneros tan cerca como antes, el no poder compartir el día a día como hacíamos hace algunos meses, me deja triste.

Porque en muchos momentos has sido el confidente de mis penas y alegrías, que alguna también hubo, fuiste apoyo de mis miedos y la conciencia que a veces tengo perdida. Una tabla de sentido común arrimado para compensar el que parece faltarme en ocasiones. Y ahora ya no tienes tiempo para mi y yo aunque quisiera tampoco tengo todo el de antes, porque corro demasiados riesgos, aunque de vez en cuando no me importa con tal de cruzar tres frases contigo, esas que todavía quedan en nuestro diccionario. Lo pensamos alguna vez, lo comentamos… que pasaría si se nos acabaran las palabras… ahora parece que se van quedando por el camino.

Y … que diría yo de TI… tanto y tan poco. Llenaría hojas que hablasen para quemarlas luego y no dejar constancia de lo dicho; porque no hace falta. Tú y yo lo sabemos y es mejor seguir manteniendo la sombra de una existencia que nunca compartiremos y de una línea que jamás cruzaremos. Mantendremos la ilusión y el miedo a lo desconocido, a vivir de sueños que no pueden hacernos daño, porque los recuerdos resultan demasiado dolorosos, al menos para mi. Eso me lleva a pensar en algunos momentos que se debería cerrar el círculo de una vez y así continuar cada uno con nuestra vida, con nuestro destino; pero me da más miedo perderte para siempre que sólo tenerte en contadas ocasiones. A veces le doy vueltas al pasado, a que te hice daño y por eso ahora parece que caminamos sobre un lago de hielo y que los pasos van tanteando, para no crear grietas que puedan hundirnos de nuevo. Y ese ambiente que nos rodea es igual de frío, de estéril. Ahora si te hablo, si nos hablamos, al separarnos un nudo se mantiene en mi estómago, algo zumba a mi alrededor, y sé que es pena, porque tú; eres la verdad de mis lágrimas.


No hay comentarios: