28 abril 2005

VIVO SIN VIVIR EN MI

Vivo sin vivir en mí,y tan alta vida espero,que muero porque no muero.
Vivo ya fuera de mí,
después que muero de amor;
porque vivo para él,
que me quiso para sí:
cuando el corazón le di
puso en él este letrero,
que muero porque no muero.
Esta divina prisión,
del amor en que yo vivo,
le ha hecho a él mi cautivo,
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión
verle prisionero,
que muero porque no muero.
¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel, estos hierros
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.
¡Ay, qué vida tan amarga
donde no gozo de él!
Porque si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga:
quíteme esta carga,
más pesada que el acero,
que muero porque no muero.
Sólo con la confianza vivo
de que he de morir,
porque muriendo el vivir
me asegura mi esperanza;
muerte de el vivir se alcanza,
no te tardes, que te espero,
que muero porque no muero.
Mira que el amor es fuerte;
vida, no me seas molesta,
mira que sólo me resta,
para ganarte perderte.
Venga ya la dulce muerte,
morir venga ligero,
que muero porque no muero.
Aquella vida de arriba,
que es la vida verdadera,
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva:
muerte, no me seas esquiva;
viva muriendo primero,
que muero porque no muero.
Vida, ¿qué puedo yo darle
a él que vive en mí,
si no es el perderte a ti,
para merecer ganarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
pues tanto a mi Amado quiero,
que muero porque no muero.

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