25 abril 2005

Arriesgar...

Ya, ya sé lo que me vas a decir. Sé que vas a poner excusas banales que tendré que creer por no tener más remedio. Vale, tienes toda la razón, yo pienso lo mismo, es arriesgar demasiado las cosas. Es derramar cada gramo de recuerdos, de risas, de secretos no comentados que quedaron amontonados en el tiempo flexible de la arena de un reloj. Sí, yo también tengo miedo, porque más que acercarte, acercarme; puede ser definitivamente un distanciamiento. Es abrir demasiado el espacio en el que estamos encerrados. Pero sé que merecerá la pena. Lo sé, como sé que giraré de nuevo el reloj, una y otra vez, para que la arena del tiempo siga susurrando en su viaje interminable, una y otra vez, una y otra vez. ¿Por qué te suena extraño el silencio que crean los minutos? ¿Por qué ese terror a que quiera concentrarlos en unas horas compartidas? ¿Por qué miedo a que mis ojos se miren en los tuyos?

Sé que volveremos a contar historia, grano a grano.

No hay comentarios: