
Después de más de un mes sin él, por vería, hoy se lo han dado y está más contento que unas castañuelas. Seguro que mientras yo escribo esto, él esta urgándole las entrañas, sincronizádole música, metiendo aplicaciones y toqueteándolo todo lo que no ha podido toquetearlo en estos días tan largos.
Y es que el mono tecnológico tendría que incluirse en las nuevas enfermedades del siglo XXI.
Aunque cuando estoy con él odio tener ese aparato cerca, cuando le tengo lejos, amo a ese pequeño "ordenador" andante porque me hace tenerlo más cerca.
Espero que lo vuelvas a disfrutar como si fuera el primer día que lo tienes e igualmente espero que te dure un poco más que el anterior.
¡¡¡no lo toquetees tanto!!!!